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LOS REHENES DE MARIEL MANRIQUE por Christian Herbach

REHENES

MARIEL MANRIQUE

EDITORIAL CRACK-UP






Mariel busca imperiosamente, quizás también deliberadamente, agrupar sus obsesiones, tal vez queriendo limpiar, poner un poco de orden… para mostrar toda esa poética cargada de materia audiovisual.

Ya en uno de sus libros anteriores, precisamente La constelación de Andrómeda, se vislumbra esta idea de cortos poéticos, que arrancan desde un punto determinado (la constelación) para producir secuencias, en las que, al leer los textos, uno ve imágenes.

El libro Rehenes arranca desde su portada con una fotografía de una joker mujer pegada

a un vidrio, justo donde el maquillaje rojo que tapa la enorme cicatriz la acentúa aún más. Personaje que, luego de sus crecientes versiones, es sin ninguna duda el ícono de este sombrío siglo XXI. El nuevo freak.

Luego, en la contratapa, se cita una reflexión de la fotógrafa Diane Arbus sobre lo que significa ser freak. Todo empieza a cerrar. Solo informarles que Arbus es conocida como la fotógrafa de ese mundo.


“Los psicópatas, como los superhéroes,/ tenemos clubes de fans”



Mariel busca delimitar o, mejor dicho, aglutinar situaciones y personajes que tengan algo en común y lograr el efecto deseado. Intenta mostrar que todos los seres humanos tenemos nuestro lado monstruoso y que, si no se asume, quedaremos convertidos en rehenes de nosotros mismos.

El libro nos lleva a un recorrido por el universo freak. Cada capítulo muestra los diversos tipos de rehenes. Comienza con los “Rehenes del cuerpo”, donde se destaca El brazo de

Madonna, que comienza así: “El brazo de Madonna/es una variante del triunfo de voluntad”. Al final, en su remate, es imposible permanecer indiferente: “A la noche/las mujeres autosuficientes/se quitan el brazo y lo lustran,/lo pulen y lo empujan debajo de la cama./Miran el techo y lloran”.

Siempre la mitología es la herramienta que nutre a la autora, ya sea la clásica griega o moderna. En esta me refiero a los personajes pop y masivos (Madonna, Laurie Anderson o Cyndi Lauper ), o cinematográficos ( el Joker, el Joven Manos de Tijeras o simplemente la actriz Kate Winslet).

El poema del Joker destaca por su contundencia: “Soy lo que quedó después del tajo./ Me cortó la boca mi papá, o me corté la boca por amor”.

Rehenes es, en definitiva, un recorrido bellísimo e inquietante a través de prótesis, malformaciones que nos convierten en seres más reales y alejados de los patrones que quieren imponernos. Nos deja más tranquilos: “Los psicópatas, como los superhéroes,/ tenemos clubes de fans”.



































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